Con ojos grandes te vi
y con ojos tristes me despedí.
Las horas en mí pasarán,
Pero tú en mi permanecerás.
Entre cartones y papeles
construías mis juguetes
y una sonrisa en mi cara
esperabas como paga.
En tu sillón contábamos
la guerra de los cien años.
entre pluma y espada
imaginamos mil batallas.
¡Ay Alfredo
qué te has ganado el cielo!
Ahora bebes del buen vino
desde aquí a tu salud brindo.
Mirabas con ojos de paz
y escuchabas a todos a la par.
Ahora desde arriba
nos escuchas y nos miras.
Ambos del uno de enero
y cabezotas los primeros.
Dos gotas en mismo mar
y con la misma sal.
Antes aviones de papel
conducíamos en un piso o aquel.
Ahora en papel te envío
los aviones que hicimos.
¡Ay abuelo
qué te has ganado el cielo!
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