domingo, 28 de febrero de 2010

Wollen wir den Hund töten

“Divide y vencerás”, famosa frase entre los estrategas militares y políticos, y que hoy es el eslogan de nuestra sociedad. Es el medio más efectivo de controlar a una masa, en nuestro caso un rebaño. Es muchísimo más fácil controlar distintos grupos de ovejas, con sus vallas para ellas y su pienso para ellas; que en cambio intentar controlar un inmenso rebaño en el que hay que construir una enorme finca e intentar dar pienso a todas. Este rebaño se caracteriza por la caída de su voluntad, poco a poco a muerto, las ovejas no tienen libertad de actuar, siempre hay un perro guardián que intenta conducir al rebaño, limitando su libertad en el campo. Pueden pensar, sentir, balar, pero, ¿actuar?
¡Maldito perro que nos muerde cuando corremos libres por el campo! Este perro nos ladra, nos muerde, nos guía de diversas formas:

Una de estas es conducirnos al consumismo, un hecho que se ha convertido en una rutina, un valor al que debemos honrar. Digamos que es el pienso de las ovejas, cada una come en un sitio distinto y de marca distinta de pienso, pero al fin y al cabo es la misma comida podrida para todas, con el único de fin de engordar a estas pobres ovejas para luego ser devoradas. Esta forma de repartir el pienso crea competiciones en los distintos corrales de ovejas, cada uno defiende con uñas y dientes para que solo consuman ellas y que las demás tomen ejemplo del rico pienso que toman. Aquellas que comen de la fábrica de Gucci, ¿no es el mismo pienso que Alchemist Gothic?¿ Y no es el mismo pienso Nike que Pimkie? Da igual lo que sea, ropas, juguetes, elementos de decoración y más y más pienso para los ovejas, ¡comed, come,! ¡Comed sin hambre! Ladra el perro con la boca hecha agua.

Hablé con anterioridad sobre los recintos de las ovejas. Cada recinto tiene una visión del perro distinta. Esa concepción la ponen como un valor al que hay que aferrarse hasta hacerse uña y carne, haciendo esa concepción como “definición” del grupo, comúnmente conocido como fanatismo. Echemos un vistazo al corral de las ovejas japonesas: Estas ovejas adoran al mastín japonés, un perro que puede ante toda las adversidades y maldades una y otra vez. Estas ovejas intentan imitarle, cayendo en esa ceguera, construyendo un mundo fantástico en el que ellas son superovejas donde brilla la inocencia infantil del mundo trascendente, despreocupándose del campo vallado, lleno de astillas con las que puedes tropezar. Ellas se sienten aisladas y atacadas por el resto de corrales, con lo que ellas a su vez aíslan al resto de corrales y atacando a los posibles asaltantes.

Otro corral es el de las ovejas pokeras: estás ven una visión desfigurada del perro, un can rebelde y vitalista. Las ovejas intentan imitarle, creando mundos despreocupados donde solo se mueve por pasiones, en que solo importan ellas y su vida. Ellas ven la vida como un recreo, cuando dicho recreo es controlado por el perro , mostrándose rebelde, pero duro cual militar, impidiendo el contacto con los demás y rechazando cualquier alternativa que las cambie, ellas sólo quieren disfrutar de su mundo hasta que se estampen contra sus propios barrotes.

Un corral más es el de las ovejas góticas: Aquí el perro es un personaje siniestro, sufridor de la vida. Las ovejas comprenden que es un mundo de condena, un valle de lágrimas, en el que sólo se puede vivir en armonía con el dolor o escapando a mundos donde hay cosas imposibles, lugares misteriosos, donde sólo ellas pueden acceder, porque se sienten solas y en soledad quieren descansar. Por el contrario que a los otros corrales, el perro muestra un mundo salvaje al cual hay que huir al y aislarse para comer pienso. Ellas se sienten incomprendidas por el resto, y atacan a ese resto como ignorantes de ese mundo trascendental que anhelan alcanzar solas.

Podría seguir con muchos más recintos, pero volvería a repetir lo mismo una y otra vez: mundos al que huir individualmente y la competencia entre dichos mundos. Este perro les orienta a esta ceguera, creando una competición: una competición por la supervivencia. Todas las ovejas quedan esquiladas en su uniforme, el uniforme del corral, el uniforme de la moda, el uniforme de guerra en esta encarnizada lucha por los valores que ladra el perro, ¿cuántas ovejas habrán caído en batalla? Esta competencia, esta lucha, se ha convertido en el día a día, una rutina en la que el rebaño camina sin voluntad, quedan hechizadas por el perro.

El perro muerde, ataca a las ovejas perdidas. Aísla a la oveja negra. Intenta coaccionarla para que vuelva al rebaño. Si no lo consigue la muerde, haciendo que el resto de ovejas se opongan a ella por no seguir las ordenes del corral, los valores. Esa oveja queda apartada, controlada día y noche para que muera sin contagiar al resto del rebaño.

Este perro es el miedo que ha cobrado forma, control que se ha hecho carne, esclavitud que ha tomado voz. Ante su ladrido, ante un movimiento suyo todas las ovejas corren tras él, ¡Todas a correr, a comer del pienso!¡ Luchad, luchad por vuestra supervivencia; luchad entre vosotras, el amigo es enemigo, el compañero del otro lado el mal, el distinto a ti un peligro para el rebaño! Son los ladridos del perro.

¡Ovejas!¡Matemos al perro! Voluntad debemos tener para abrir nuestro corral y caminar en el inmenso campo. Un campo en donde no haya vallas,¡libres! Cada una de nosotras hace su camino, dirigiéndose a horizontes que nosotras podemos ver y llegar, con ayuda de otra oveja o cientos mas, pero cada una esquilada como quiere, ¡libertad de rumbo! Iremos a ese campo donde nos llamará el hambre para comer. Allí donde el mal y el bien son nuestra vida, donde ningún perro nos dirá si hacerlo o no, nosotras lo sabremos a través de nuestro camino a los infinitos horizontes, nuestros caminos propios.

¡Matemos al perro! La oveja vivió libre, libre vivió antes de que el perro la matase poco a poco en su vida, y vivió, vivió libre y libre morirá.

domingo, 21 de febrero de 2010

Mein Großvater

Con ojos grandes te vi
y con ojos tristes me despedí.
Las horas en mí pasarán,
Pero tú en mi permanecerás.

Entre cartones y papeles
construías mis juguetes
y una sonrisa en mi cara
esperabas como paga.

En tu sillón contábamos
la guerra de los cien años.
entre pluma y espada
imaginamos mil batallas.

¡Ay Alfredo
qué te has ganado el cielo!
Ahora bebes del buen vino
desde aquí a tu salud brindo.

Mirabas con ojos de paz
y escuchabas a todos a la par.
Ahora desde arriba
nos escuchas y nos miras.

Ambos del uno de enero
y cabezotas los primeros.
Dos gotas en mismo mar
y con la misma sal.

Antes aviones de papel
conducíamos en un piso o aquel.
Ahora en papel te envío
los aviones que hicimos.

¡Ay abuelo
qué te has ganado el cielo!

viernes, 12 de febrero de 2010

Neben dich

Dejad que mi voz
descanse su clamor
donde su silencio se rompe
junto a las olas en su choque.

Dejad que estos versos
zarpen en un anhelo
para hacerse poesía
en el susurro de la brisa.

Dejad que mi alma
sea vagabunda en las playas
y que tan sólo pida a las arenas
una limosna de marea.

Dejad que pueda marchar
para que mis ojos puedan llorar
bañándose al final en el mar.

domingo, 7 de febrero de 2010

Wer sind Sie?

(Dialogo ente un detenido y un policía).

-Transcurridas unas horas después del incidente de esta mañana, usted es el único sospechoso que tenemos. A pesar de ello no tenemos ningún dato suyo. Nombre, fecha nacimiento, domicilio, alias...Nada. Dígame, ¿quién es usted?-

-No lo sé. Me levanto todos los días sin saberlo y me acuesto por la noche sin todavía saberlo. Conforme pasan los días va cambiando y construyendose. No sabría darle una respuesta clara. No lo sé.-

-¡Eso es absurdo! A nosotros no nos engaña. No sufre de amnesia, las pruebas médicas previas a este interrogatorio no revelan ningún síntoma relacionado con la pérdida de memoria o cualquier trastorno similar. Así que díganos quién es.-

-¿Quién es usted?-

-Soy Johannes Schmid, inspector de policía de...-

-Yo no me refiero a lo que pone es su estúpida placa, eso ya se leerlo. Digo qué quien eres.-

-Estamos gilipollas hoy, ¿eh? ¿Qué clase de contestación es esa? A parte, aquí hago yo las preguntas, así que dedíquese a contestarlas.-

-Tú tampoco me has contestado.-

-Soy Johannes...-

-Eso no, seguramente lo pondrá en tu número de identificación también, o en el número de la seguridad social, o en la firma del seguro de tu coche, pero no eres un número plastificado en una tarjeta ni un conjunto de letras en unos cuantos papeles, ni mucho menos el coche.-

-Bien, caso resuelto. Usted es uno de esos locos que están obsesionado con una de esas películas que hemos prohibido, que generan dementes como usted. Fascinado por tal delicia prohibida se cree todo lo que hay en esa cinta, ¿qué película ha visto? ¿Matrix, 1984, Fight Club? Por favor, guardias, podéis llevároslo.-

-¿Cómo me vas a encarcelar si no sabes quién soy?-

-Lo estamos deseando todos, díganoslo.-

-Yo soy aquel que se levanta cada mañana sin un rostro claro, sin ninguna definición clara me veo en el espejo. El tiempo me maquilla conforme a las horas y caminos que he andado. Yo soy el caminante de mis senderos, pues siento en cada paso que he dado la tierra en mi piel. Yo soy el reloj de arena que cuenta sus granitos bajo horas y días. Pero son tantos son los caminos y tan largo el tiempo que muchas veces me acuesto sin saber nada. Esa es mi vida y ese soy yo, mis caminos en una sucia mochila y mis horas en un viejo reloj de arena.

Pero, ¿y tú?. Tú ya tienes un rostro pintado. Te levantas y no miras tu rostro en un espejo, te miras en una pantalla en la que ya te dan un rostro y te lo imprimen en un papel para ponértelo para ser alguien. Lo paseas y ves todos con esa foto en la cara y con una etiqueta que te dan según la función que se espera de ti, pero todos bailando la misma mierda. Tus horas descritas en una pegatina y tus caminos ya imprimidos en una misma imagen.

Por eso le quería preguntar quién es, quién se esconde tras esa máscara.-


-Las máscaras definen nuestra vida y las etiquetas lo mejor que nos espera. Así funcionamos, adoptamos esta nueva vida porque estamos dentro de un determinado sistema. El sistema le hace a usted también: forma de pensar, actuar, ideas...

Sigo sin saber su nombre, pero de inmediato le daremos una nueva identidad y con ella será detenido de inmediato, ¿desea algún nombre en especial?-


-Como si me llama Susan, de todas formas estaré atado, con o sin barrotes, con una máscara y una etiqueta ahora. Entonces la palabra yo, no la sabré, pues ya no significará nada, ya no lo seré.-