sábado, 5 de diciembre de 2009

Die Wahrheit

La gente dice que tengo un don. Bueno, algunos me insultan y desprecian por este don. Es más, alguna vez he tenido que salir corriendo teniendo a un par de idiotas cabreados casi a la altura de los tobillos a punto de lincharme por culpa de tener este “don”. Para que veas lo maravilloso que es tener esta cualidad. Me desquicia la gente que dice que es bueno este don. Claro, a ellos no les persiguen ni insultan. Se está muy cómodo quietecito diciéndose entre ellos gilipolleces.

Te preguntarás: ¿Cuál es ese don tan maravilloso que hace que las personas te desprecien? Decir la verdad. No puedo mentir. Todo lo que pienso, me parece o siento lo digo. Por eso me jode que me digan que es una cualidad. Se pasan toda la vida diciéndose mentiras para sentirse mejor o para quedar bien. Es estúpido decir que contar siempre la verdad es un don cuando el que lo dice es un mentiroso. ¡Qué ironía!
No es un don, es como soy.

Estoy estudiando medicina. Mi interés por la medicina no se centra a curar a todas las personas de la faz de la Tierra. Para mi es el único trabajo en el que puedo decir la verdad sin que me la reprochen. Diría los síntomas de cada persona, si se muere o no. Diría la verdad y nada más que la verdad y ahora nadie me la podrá reprochar. Los demás trabajos o salidas son una basura: hacer la pelota al jefe para que no te despida, atender las necesidades de personas estúpidas y darles una sonrisa o darles la razón para que no te despidan…Aquí no. Aunque para ello me falta mucho tiempo. Estoy todavía en el primer año, pero aún así tengo esa disposición para el futuro. Las clases se hacen muy tensas, ya que hay profesores que no soportan este comportamiento. Y más hoy que llegaba tarde.

-¿Qué horas son estas de llegar Juan?-

-Son las 11: 30 profesor. Me he retasado porque ayer me fui a un garito sólo y al final vine a casa borracho con dos chicas en cada brazo. Con lo que luego estuvimos toda la noche fol…-

-Anda, no quiero detalles. Hace una hora que deberías haber llegado. Bien, por donde iba. Ah sí. En la fase mitótica de una célula haploide podemos ver como los cromosomas se van acercando al ecuador de ésta con ayuda del huso. Repetiremos lo mismo que con la profase. Miraremos la metafase por los microscopios que tenemos. Como no hay suficientes para todos os ponéis en grupos de tres.-

-¿Somos tan cutres qué en una práctica de 20 personas no tenemos cada uno el suyo propio?- Me desquiciaba eso. En esta facultad se presume mucho que su universidad tiene mucha fama, que es reconocida internacionalmente, que si es muy buena en las disciplinas…Y ya lo ven, son tan buenos que no pueden tener más de 20 microscopios. No es que sea quisquilloso, pero joder, ¿cómo puedes ir diciendo que tienes gran prestigio internacional y no tener 20 malditos microscopios?

-¡Juan! Si no te gusta la clase, la facultad, o la universidad, haz el favor de marcharte.-

-No, si yo estoy aquí por descarte. Iba a ir a la autónoma, pero no quedaban plazas. A si que al final me tuve que quedar aquí. Me hubiese encantado estar allí, pero en fin, quiero ser médico, a si que terminaré la carrera…Aunque sea aquí.-

-En fin, deja de contarme tu vida y ponte con tus compañeros… Y ni una palabra.-

Otra cosa que detesto es ponerme en grupo. Cuando el número es reducido la gente te hace la pelota diciéndote lo que os hablé del don y demás. Cuando ya los grupos se expanden empiezan las palabras a vibrar por mis espaldas, y lo que aún más me jode, aquellas personas que en parejas te decía esto, luego con más gente te insultaba o despreciaba. Joder que rabia. Y encima se dicen chorradas, mentiras que al final esperan que se hagan verdad. Y para colmo, a pesar de que la gente sepa que lo que le están diciendo es mentira, estas hacen que se lo creen y asienten con la cabeza. Que asco. Por eso también quisiera ser médico. Estaría solo con mi paciente, sin grupos de personas mintiéndose entre sí o engañándote con sonrisas falsas. Nada. Estaríamos yo, mi consulta y los pacientes que lleguen.

Al final me pusieron con Alba Rodríguez y Sonia Ballesteros. No las aguanto. Son exactamente iguales que los que os dije. Ahora me dirán “¿Qué tal estamos Juanito?” con una sonrisa asquerosa, y cuando se marchen con sus amigos cambiaran esa sonrisa por una de asco para que me piten los oídos una vez más o empiecen a gritar estupideces.

-¿Qué tal estamos Juanito?

-Vaya, podrías ahorrarte esa sonrisa forzada y reservarla tus amigos, ¿no? Sí total, ¡para qué fingir que te caigo bien ahora si vas a ponerme a parir en unos segundos? ¡Suéltalo ya!-

-Eres un borde Juan. Me hago la simpática y mira, tú siempre tan gilipollas como siempre.-

-Así me gusta. Un paso más y a lo mejor nos acostamos.- La verdad es que Alba era la tía mas buena de la clase. Todos los tíos de la clase intentan ligarsela con piropos, haciéndose pasar por románticos, o lo que más me entra gracia, fingir ser el malote. De ambas formas el fin es el mismo, el sexo. Para mi el amor es un mero hecho social para conseguirlo. Al final se acaban aburriendo u odiando y al final no hay amor, ni sexo. Otra prueba es que en una pareja, si no hay sexo no funciona. Una de las cosas por las que la relaciones fracasan: Porque no hay sexo, porque uno o ambos lo hacen pero mal, porque hay otro que sabes que es mejor en la cama…En fin, puro sexo. A no ser que sea un asesino o maltratador, las relaciones funcionan a sí. Es una estupidez fingir que nos une el amor, cuando lo que nos une es el sexo y lo social. Sí, joder, te tiene que gustar tener pareja para estar dentro de la sociedad, o por lo menos fingir que quieres a la pareja. Qué asco.

De repente un gorila salió de la jungla, era el novio de Alba y se puso delante de mí como si estuviese marcando que su hembra es suya. Lo que decía, puro sexo…

-Estoy hasta los cojones de tus estupideces Juan, deja de joder a todos y cállate.-


-Sólo he dicho lo que todos los tíos de la clase quieren decir. Es la verdad. Tu novia es una chica guapa y cuando la veo pues me entran ganas.-

Sólo recuerdo un puñetazo en la cara y ahora estoy en el hospital con un par de puntos en la parte superior de la ceja escribiendo esto. Supongo que me golpeó por decir la verdad y porque soy un tirillas. A los matones les encanta someter a gente como yo. Pero no se atreven a decirle nada a otro matón o alguien más burro. Esconden el rabo entre las piernas y asienten con la cabeza. La verdad es que duele, no sólo el golpe, el alma también duele. Yo soy así, digo la verdad, lo que soy en realidad, lo que pienso de las cosas, y por ello me insultan, me pegan o se hacen los falsos conmigo La gente sólo quiero oír lo que ellos quieren oír para estar alegres. Por eso a partir de ahora seré mudo y sólo la verdad la sabré yo. Si me preguntan mirare al suelo y callaré.

(Editado por Karuka)

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